Póker de prendas Pt. 1
Pasó hace tiempos... me encontré un cinturón de guisa bajo el armario el otro día y me acordé de un par de episodios de ese peligroso juego. Así que dividiré los posts al estilo No retroceder, no rendirse en virtud de que efectivamente cada episodio fue más triste y patético que el anterior.
Parte 1: Una mamá chévere
Hubo una época en la que comenzó a existir el batallón coyero, muy en sus inicios, en donde los ideales eran puros y embriagadoramente distintos a los del Colegio... ya no era el "me gusta mucho la nena del colegio del lado", o "qué tal esta insolente? es que no entiende que lo que quiero no es amor?" ó "que tal esta insolente? acaso no comprende que ya me cansé?", ahora era el "toda mujer (con ciertos parámetros mínimos) tiene derecho a su ración de trola, y si no satisface los requisitos, ahí es donde encaja el trago".
En la campaña previa, un veterano coyero, conocido en el argot como Mexxiexx, consiguió en el mismo sitio de la historia "hermanitos de leche" a una pobre percantita de tímidas maneras y feo cuerpo, a la cual sin falta citó para una velada personal, a título completamente personal y confidencial. Resultó extraño el hecho de que esta coyita en potencia me llamara a mi a ponerme una cita, en una esquina del barrio cerditos (si, cerditos, porque no he visto allí muchos cedros, pero si muchos cerdos y cerditas), a la que fui con la afamada excusa de: "pues mejor que ver los simpson si es ver a esta india", esperando estaba, cuando de la nada, como un fantasma salió Mexxiexx, preguntándome incómodo acerca de qué era lo que estaba haciendo allá... le respondí que la bruja de la semana pasada me había puesto cita, y que si lo que quería es que la pusiera a caminar derecho lo iba a hacer... el me miró confuso, y me dijo que él había sido quien había concertado la asistencia de la damisela y no se explicaba qué la había impulsado a llamarme a mi también. Mientras esta india llegaba, hicimos un pacto de caballeros en el cual rechazabamos la posibilidad de un Ménage a Trois (o triplichín, si lo hace sentir más latino), ya que las proporciones no cuadraban, es decir, eso debe ser desarrollado por dos hembras y un macho y no al reves, o es que acaso a alguien le gusta un "Hielo con Whisky"? obviamente es muy diferente a un "whisky en las rocas".
Ya en el sitio... una de esas horrendas tiendas guasca, de infame aspecto y pésima calidad de servicio, esta vieja, con cara de preocupación se dirigió a mi con mirada lastimera al ver que ya había concedido su potestas diciendo: "ay, pobrecito, no tienes ahora con quien rumbiar esta noche", y le respondí con resignación: "Siempre hay algo para hacer, ya verás".
Una botella de Néctar (Asqueroso trago de atracador) después, noté a una rubia que bailaba graciosa con una señora de unos 50 años con el pelo teñido... de blanco?, y algunas otras personas. La traviesa rubia, joven a la luz del licor y el contraste con la platinada, comenzó a brindarme complacientes miraditas, y siguiendo las instrucciones de antaño, simplemente sonreí y no hice nada. Desesperada, bajó la señora de 50 años de edad, diciéndome: "quieres bailar con mi hija?", le dije, "bueno, listo...", y a azotar baldosa.
Otra botella de güaro después, estaba ya listo para vomitar sobre todo el mundo conocido, sin embargo, ya integrados la otra coya y mexxiexx, no pude abandonar, abortar la misión por dignidad. Fué ahi cuando esta rubiecita me convenció de que fueramos a terminarla al apartamento de ella, bajo la mirada complaciente de su vetusta y anacrónica madre.
El camino más largo del mundo
Caminaba plácidamente de la mano de la hija... cuando la madre se acerca con un vaso plástico lleno hasta el borde de aguardiente, embutiendo en mi boca una cantidad de esa porquería... luego me coge y me abraza, y después de decirme una cantidad de estupideces de señora ebria entrada en años me dice: "Quieres hacer el amor con mi hija?", tuve que hacer silencio un minuto para responderle: "Pues... tal vez, si ella quiere...", y después me dijo una cantidad de vainas que en últimas resumían algo como "por favor cómete a la runcha de mi hija". Ahí me convertí en un hombre con una misión!.
No salía de mi asombro sobre la actitud proxenta de la madre, cuando la hija se acerca y me dice: "tengo que decirte algo... tengo un hijo", ahi fue como si me hubiera disparado una flecha en el cerebro, y grandes dosis de seratonina y adrenalina invadieron mi cuerpo de pánico... Esta vieja era una buscamaridos, y una no muy experta por cierto, de haber sido experta no nos hubiera propuesto jugar al....
Póker de prendas
Si señores y señoras, nos pusimos ajugar poker, la india que estaba con mexxiexx se retiró sin quitarse nada, pero la cazamaridos seguía perdiendo casí que intencionalmente... y estaba tan poco agradable... que me dormí. Me cuenta mexxiexx, que la vieja siguió quitándose prendas, y con sus senos en estado de devastación post-lactancia se refregaba contra mi inerme rostro, diciendo "despierta... ayúdame... estoy en bola... estoy perdiendo..." aun no recuerdo si en realidad me dormí o me hice un poco el dormido para no tener que atenderle. Por fortuna mi compañero de luchas me sacó ileso aduciendo toda clase de excusas...
En conclusión: Si va a jugar al póker de prendas, hágalo con una mujer (u hombre) que le guste, si no puede resultar rtisible, pero pierde su escencia, o sea: respete el juego, carajo.
La canción del momento
Eden de Hooverphonic